¿Por qué siempre tengo miedo de que pase algo?

El miedo. Ese sentimiento, esa emoción básica que todos queremos lejos de nuestra vida. No queremos relacionarnos con él, ¿verdad?. Lo deseamos lejos de nuestra vida. Sobre todo cuando nos impide hacer con naturalidad lo que nosotros deseamos.

Hoy vamos a hablar de él. De su parte buena y de su parte no tan buena. Porque, aunque el miedo sea algo que en realidad necesitamos en nuestra vida, cuando se “pasa de frenada” y nos invade nuestra vida de manera que impide que hagamos las cosas con naturalidad, lo queremos lejos. Lo más lejos posible. Y no, no se trata de eso. Se trata de, según mi punto de vista, regularlo y enseñarle que debe aparecer solo cuando es necesario.

¿Empezamos por la parte buena?

Es sencillo. No nos extenderemos demasiado. El miedo es una emoción básica que nos ayuda a sobrevivir. Definitivamente lo necesitamos en nuestra vida. Nos motiva e impulsa para huir cuando percibimos un peligro. Bien sea que evita que crucemos cuando viene un coche, que nos quememos la mano al encender el fogón o que no paseamos tranquilamente en plena tormenta eléctrica.

Fácil. Ese miedo, adaptativo, que nos ayuda, que nos beneficia. Sí lo queremos.

Sé que no estás aquí porque ese miedo sea un problema. Pero necesitas entender esto, para entender que él no es el enemigo.

Pero … el miedo ha invadido mi vida de tal manera que siempre temo que pase algo malo.

Seguramente mil veces te has preguntado cómo has llegado hasta este punto. Te levantas por la mañana y empieza la vorágine de pensamientos. Normalmente llevan delante un antipático “Y SI…”. Y ahí empieza la ansiedad, el malestar. Quizás decidas luchar por apartar ese pensamiento, quizás evites hacer algo por miedo, o quizás hayas empezado a hacer alguna especie de ritual que crees que te ayudará a alejar lo que sea que creas que vaya a pasar.

Normalmente pasa el día, te acuestas y te das cuenta de que eso que temías, no ha pasado. Pero durante la noche y al día siguiente el miedo sigue ahí. Puede ser a algo concreto o puede ser algo general, miedo a distintas cosas.

Y tu, tienes la sensación de que siempre estas en alerta.

De que siempre tienes ansiedad

Incluso puede empezar la sensación de miedo al miedo. “Tengo miedo a tener miedo, a sufrir”.

El miedo ha invadido tu vida. Es algo habitual. Es algo con lo que convive mucha gente. Y puede llegar a ser tremendamente frustrante, incapacitante. Nos damos cuenta de que pasan los años y no hemos conseguido hacer esto o aquello que tanto deseábamos. ¿Por qué? Por miedo. Y hemos intentado luchar contra él. Sin éxito.

¿Tiene solución?

Claro que sí. Rotundamente sí.

Con los años, y esto es una reflexión personal, he aprendido que, LIMITES LOS MÍNIMOS. Si algo nos incapacita o nos genera malestar y podemos mejorarlo, no tenemos que resignarnos a vivir con ello. Suficiente tenemos con las situaciones de la vida que no podemos controlar, ¿no crees?.

Explicar la solución no es tarea fácil, como te imaginarás. Porque depende de cómo te estés relacionando tu con ese miedo. De lo que estés haciendo cuando lo sientes, de porqué ha venido:

¿Es porque te has visto envuelto en una situación que te ha hecho sufrir mucho?

¿Es porque lo has aprendido de tus padres o de algún referente?

¿Es un miedo concreto, como por ejemplo a una enfermedad? O ¿es más bien algo general?

¿No tienes ni idea de como empezó pero simplemente está ahí y “no te deja en paz”?

Estas y muchas otras cosas, son las que necesitamos saber. Con ello podemos construir una serie de tareas, adaptadas a ti, a tu ritmo, a tu funcionamiento y a tu rutina diaria. Para que nos ayuden a regularlo. Y lo hacemos de forma activa, te ayudamos a que consigas salir de ese bucle. Y poco a poco consigas tener tus propias herramientas, para gestionar con seguridad e independencia la situación.

Y la finalidad es siempre hacer que el miedo vuelva a hacer su trabajo. Su función básica. Ayudarte, no entorpecer tu camino.

¿Quieres que hablemos de ello?

Contáctame, estaré encantada de ayudarte.

Scroll al inicio