Psicóloga especialista en ansiedad

Psicóloga especialista en ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es la activación de un conjunto de emociones tales como el miedo y la preocupación, ante una situación que sentimos que no podemos controlar. Esta frecuentemente relacionada con la incertidumbre. Por ejemplo, un examen, una entrevista de trabajo o el resultado de una prueba médica son algunas situaciones que nos pueden activar sentimientos de temor, nerviosismo, preocupación y miedo.

Todos, en la niñez, adolescencia y adultez lo hemos sentido en distintos momentos de nuestra vida. Generalmente la ansiedad se activa cuando algo nos importa mucho: aprobar ese examen, conseguir ese trabajo o que el resultado de esa prueba médica sea bueno. Al pasar la situación generalmente la ansiedad disminuye de forma natural.

Hay veces en que esta activación emocional excesiva deja de ser puntual y empieza a ser habitual en la vida de una persona. El miedo, la preocupación, el nerviosismo empiezan a ser constantes y la se instala una sensación de “estado de alerta” en la forma de funcionar de una persona. Constantemente está preocupada por distintos motivos. Incluso a veces no hay un motivo aparente, y las sensaciones emocionales de malestar están presentes.

Estamos hablando de un trastorno por ansiedad generalizada (TAG). La persona que padece TAG puede estar preocupada por su trabajo, su familia, sus amistades, por su salud y la de los suyos, por el futuro, etc. A raíz de la activación emocional intensa y persistente en el tiempo, se empiezan a activar también síntomas de malestar físico.

Síntomas de ansiedad

Los síntomas y diagnósticos pueden ser variados según la persona que está padeciendo ansiedad, pero entre los más frecuentes encontramos:

  • Miedo, preocupación, temor, nerviosismo
  • Dificultades para conciliar y mantener un sueño y descanso de calidad
  • Taquicardias
  • Mareos
  • Desvanecimiento
  • Dolor pecho
  • Cansancio excesivo sin otro motivo aparente
  • Contracturas y tensión muscular
  • “Verborrea” mental o sensación de que “la cabeza nunca para de pensar”
  • Negativismo, irritabilidad y pesimismo
  • Impaciencia, inquietudes constantes
  • Sensación de irrealidad

¿Como trabajamos para calmar y controlar la ansiedad?

La ansiedad y el trastorno de ansiedad generalizada son problemáticas que vemos frecuentemente en consulta. Y pueden estar o no relacionadas con otras dificultades.

En el tratamiento que ofrecemos desde Barcelona para la ansiedad proponemos acompañar y guiar a la persona afectada para que pueda recuperar o reaprender una forma adaptativa y funcional de reaccionar ante las distintas situaciones que le están provocando este conjunto de síntomas. Para ello, estudiamos en profundidad la sintomatología que presenta la persona, lo que la provoca y como está funcionando ante esta dificultad. A partir de aquí, se aplican y adaptan a cada caso, distintas estrategias prácticas. Herramientas que impulsan a actuar y relacionarse de forma diferente ante la incertidumbre.

Los resultados empiezan a notarse de forma relativamente rápida y una vez la ansiedad disminuye se empiezan a espaciar las sesiones, y se entra en un periodo de revisión hasta la completa resolución de la sintomatología y problemática.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Este trastorno se caracteriza por una preocupación y ansiedad crónica y excesiva que es difícil de controlar. Las personas con TAG a menudo esperan un desastre y están excesivamente preocupadas por la salud, el dinero, la familia, el trabajo u otras cuestiones.

Trastorno de pánico: Las personas que lo sufren sienten pánico de forma repentina e intensa. Estos ataques pueden incluir palpitaciones, sudoración, temblores, sensaciones de falta de aire o asfixia, y miedo de perder el control o de morir.

Fobias específicas: Una fobia específica es un miedo excesivo e irracional de un objeto o situación específica, como las alturas, los animales, recibir una inyección, volar, etc. El miedo es desproporcionado al peligro o daño real que puede causar el objeto o situación.

Trastorno de ansiedad social (TAS): También conocido como fobia social, este trastorno se caracteriza por un miedo intenso y persistente de una o más situaciones sociales o de rendimiento, en las que la persona teme ser humillada, avergonzada o juzgada negativamente.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Este trastorno puede desarrollarse después de experimentar o presenciar una situación adversa, como un accidente grave, una violación, un desastre natural, una guerra, etc. Los síntomas pueden incluir flashbacks o pesadillas del evento, evitación de situaciones que recuerdan el evento, hipervigilancia, y sentimientos de desconexión emocional.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Aunque a veces se clasifica por separado de los trastornos de ansiedad, el TOC comparte muchas similitudes con ellos. Las personas con TOC tienen obsesiones (pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y no deseados que causan ansiedad o estrés) y compulsiones (comportamientos o rituales que la persona se siente obligada a realizar para intentar disminuir la ansiedad o prevenir algún temido evento).

La depresión y la ansiedad son dos condiciones de salud mental diferentes que pueden presentarse de manera distinta, aunque a veces pueden solaparse. Aquí puedes ver las principales diferencias entre ambas:

Depresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por sentimientos de tristeza profunda, pérdida de interés o placer en actividades que solían disfrutarse, sentimientos de culpa o falta de valor propio, alteraciones del sueño o del apetito, cansancio y falta de concentración.

Los síntomas deben persistir durante al menos dos semanas y ser lo suficientemente severos como para interferir con las actividades laborales, sociales o domésticas para ser considerados indicativos de un episodio depresivo mayor. La depresión puede conducir a pensamientos de muerte o suicidio y requiere tratamiento.

Ansiedad

La ansiedad, por otro lado, se caracteriza por una preocupación y miedo intensos y persistentes que son desproporcionados a la situación real y afectan la vida diaria de una persona. A menudo, las personas que sufren de ansiedad están preocupadas por eventos futuros y se sienten tensas y agitadas.

Un ataque de ansiedad, o ataque de pánico, es un episodio agudo de miedo intenso que alcanza su pico en unos pocos minutos. Los síntomas pueden incluir palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aire, miedo a perder el control o morir. Aunque un ataque de ansiedad puede parecer aterrador, generalmente es inofensivo y debería disminuir en unos pocos minutos.

Las personas con trastornos de ansiedad a menudo experimentan preocupación constante y miedo que puede interferir con su vida diaria. Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad social.

Solapamiento

Es importante destacar que la depresión y la ansiedad pueden coexistir. Muchas personas experimentan síntomas de ambos trastornos. Por ejemplo, alguien con un trastorno de ansiedad puede experimentar episodios de depresión, o alguien con depresión puede sentirse extremadamente ansioso.

En todos los casos, tanto la depresión como la ansiedad pueden tratarse y se tratan de forma eficaz en la mayoría de los casos. Si sospechas que puedes estar sufriendo de depresión o ansiedad, es importante que busques la ayuda de un profesional.

La ansiedad puede tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona, afectando varios aspectos de su bienestar físico, emocional y social. Aquí te menciono algunos de los efectos más comunes:

Salud física: La ansiedad a largo plazo puede llevar a problemas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos, enfermedades del corazón, y debilitamiento del sistema inmunológico. Además, durante un ataque de ansiedad, una persona puede experimentar síntomas como palpitaciones, falta de aire, mareos y sudoración excesiva.

Salud emocional: Las personas que padece ansiedad se siente constantemente preocupada, temerosa y estresada. Esto puede llevar a un estado constante de agitación o tensión, y dificultar la capacidad de la persona para relajarse o disfrutar de su tiempo libre.

Sueño: La ansiedad puede interferir con el sueño, provocando insomnio o sueño interrumpido. Esto puede llevar a un ciclo en el que la falta de sueño aumenta la ansiedad, que a su vez dificulta aún más el sueño.

Concentración y rendimiento laboral o académico: La preocupación constante y la tensión pueden dificultar la concentración, lo que puede afectar el rendimiento en el trabajo o en la escuela.

Relaciones sociales: La ansiedad puede hacer que una persona se aísle o evite situaciones sociales por miedo a sentirse ansiosa. Esto puede llevar a la soledad y a la pérdida de relaciones importantes.

Comportamiento y actividades diarias: Algunas personas con ansiedad pueden evitar situaciones o actividades que les provocan ansiedad, limitando su capacidad para llevar una vida normal. Por ejemplo, alguien con un trastorno de ansiedad social puede evitar eventos sociales, mientras que alguien con un trastorno de pánico puede tener miedo de salir de casa.

Afortunadamente, la ansiedad es tratable y muchos de estos impactos pueden minimizarse o eliminarse por completo con el tratamiento adecuado, que puede incluir terapia, medicación y estrategias de autocuidado. Si crees que podrías estar experimentando ansiedad, te animo a buscar la ayuda de un profesional.

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